jueves, mayo 24, 2007

Zumbido

zumbido de la noche mina oscura dédalo de espejos corazón claustro de sombras donde pasean negros monjes de sueños corrompidos sangre espesa mar en que confluyen corrientes de cadáveres fosforescentes deseos sacrificios a la virgen de anchas caderas senos de luna diadema radiante espuma ojos de alondra

el pueblo reza tosca liturgia a dos manos en los hipermercados del ahora venta de ídolos ritos de compra delirio de las cosas búsqueda nocturna del zumbido mina oscura dédalo de espejos corazón claustro de sombras donde pasean negros monjes de sueños corrompidos sangre espesa mar en que confluyen corrientes de cadáveres fosforescentes deseos sacrificios búsqueda nocturna del zumbido mina oscura dédalo de espejos donde se pierden los sentidos

se mueren de plutonio empobrecido de plomo pobres de hambre de sida de vacas locas de empacho zombis en los supermercados de moda de asco en sus estudios se mueren de cáncer de agujeros de ozono deforestaciones y metales pesados en los frágiles brazos de los ríos negras mareas sobre las alas azules de las aves se mueren de muerte a los cetáceos que sonríen se mueren de gozo en sus estudios se mueren de palabras de cultura se mueren de lujuria automasturbatoria disecada se mueren de intimismo se mueren de autónoma belleza hipersensibles ay indiferentes niños probetas impotentes mientras salen las fieras ilustradas en jauría se mueren de aire rancio de libro y discoteca de salones académicos y cafeterías se mueren de cinéfilos y exóticos mientras entran huracanes terremotos y penetran mis poesías corrientes subterráneas de sabiduría

bastante tengo ya con su belleza para intentar crearla en mis poemas

no para crear otra distinta sino para indagar en su naturaleza bastante tengo ya con la suya en mis poemas para intentar otra belleza pretenciosa

que se abran mis palabras a su fuerza

mosca del día en el cristal de mi ventana desayuno monólogos ruinas lengua sin dueño que espera la fosca austeridad de las montañas la feroz soledad de los desiertos se hunde en la virgen de anchas caderas senos de luna diadema radiante espuma ojos de alondra

bramido terrible de los mares tensa cuerda alerta del silencio eterno de los bosques en la quietud del cielo rompe a dos manos tersa la floja liturgia tosca que el pueblo reza en los hipermercados del ahora destroza los ídolos desbarata la venta alborota los ritos de compra delirio de las cosas desparrama la búsqueda nocturna del zumbido ilumina la mina rompe el dédalo de espejos

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